He luchado contra él, pero no he conseguido dejar de sufrir.
Buscando la luz en el camino, para no sentir algo tan frustrante, encontré esta razón que escribo con la intención de no olvidarla.
Las hembras, antes de ser bípedas, tenían una gestiación de 14 meses.
Parecido a los caballos, los cuales, al poco tiempo de nacer, escasamente una hora, son capaces de ponerse de pié soportados en sus cuatro patas, lo que le dá al recién nacido la posibilidad de sobrevivir.
Sin embargo, con la evolución de la raza humana, la hembra evoluciona hacia las 2 patas, convirtiéndose en bípeda. Las caderas se estrechan y son incapaces de soportar el peso del crecimiento del ser gestado a partir de los 9 meses. Cuando nace el ser humano, persona, éste es incapaz de andar hasta pasados los 12 meses de vida. Lo que supone la imposibilidad de sobrevivir.
Esto crea en la madre y en el recién nacido el sentimiento de protección.
Cuando nos abandonan, por una muerte o una ruptura, nuestra psico recupera el sentimiento de cuando fué recién nacido, sintiendose abandonado, imposibilidado para sobrevivir.
El sentimiento de abandono lleva intrínseco el sentimiento de la muerte, cuando te abandonan, crees morir.
Cuando estableces una relación con otra persona, adquieres un compromiso emocional, si le abandonas le provocarás un sentimiento de sufrimiento y de dolor parecido al de la muerte.
Jugar con los sentimientos de las personas, es una crueldad, además de demostrar una inmadurez emocional.
Una vez entiendo de donde emana este sentimiento, puedo incluso perdonar a las personas que en su momento me abandonaron, porque ahora se que es algo que está grabado en mi genética.
La intención de conocer este sentimiento desde su raíz no es otra que la de no dejar grabado en mis células un sentimiento negativo.
